Hay tantos tipos de equitación terapéutica. Mucha gente se pregunta - ¿por qué ponemos personas con discapacidad grave en un caballo, especialmente aquellos que sufren de parálisis cerebral? Es cierto que nunca aprenderán a caminar, hablar o alimentarse por sí mismos, pero los beneficios, tanto mentales como físicos, son enormes. Los participantes en la equitación terapéutica mantienen sus órganos y el funcionamiento de los músculos, igual como hacen las personas sanas sólo por caminar. Obtienen una nueva perspectiva sobre el mundo al estar por encima de todo por una vez en contraste de mirar siempre para arriba. Ellos tienen la oportunidad de cubrir terreno normalmente, lugares no disponibles para ellos en sus sillas de ruedas. En definitiva, mejora su calidad de vida y les da un gran placer. Algunas discapacidades aprenden a aprovechar una parte del cerebro que no usan, para hacerse cargo de una parte que está dañada y son capaces de aprender a caminar de nuevo o recuperar el control de los brazos. Se incluyen en este tipo de terapia, personas con trastornos de los tendones y que han reposado en cama a largo plazo o para los pacientes recién salidas de coma. Muchos de estos estudiantes pueden aprender a montar, pero prefieren trabajar en su problema físico a través de una serie de ejercicios combinados, al encontrar los músculos correctos y el movimiento del caballo para mejorar su equilibrio, la marcha y la coordinación. Apenas sentado en el caballo al paso, incluso si comienzan con las rodillas juntas, en la parte superior, encuentran que sus piernas lentamente comienzan a llegar abajo, y poco a poco son capaces de sentarse a horcajadas sobre el caballo. Algunos de estos estudiantes han sido capaces de lograr una mejora de diez grados, en la capacidad de abrir las piernas desde las caderas, después de cada sesión. Las personas con síndrome de Down, el autismo y algunas discapacidades mentales, aprender a montar muy bien, mientras que al mismo tiempo mejoran su coordinación, el habla, la higiene, comportamiento, postura, y estado mental y físico. También pueden los delincuentes encontrar un cambio en su mentalidad. Ahora estamos investigando y descubriendo, cada día, nuevas formas en que el caballo puede ayudar a las personas que sufren de enfermedades, y hasta las enfermedades terminales y las complicaciones por los tratamientos de medicamentos tóxicos. Incluidos hay todos los tipos de problemas circulatorios y respiratorios, disfunción de órganos, la depresión, el insomnio, los efectos secundarios de la medicación: la lista es interminable y cada día se alarga. Este nuevo tipo de terapia se llama ANIMO-ALBERO. Está siendo investigado, documentado y practicada por mí, Bárbara Napier, y Loli Berenguel Gálvez. Junto con la ayuda de algunos amigos y algunos médicos, estamos descubriendo formas fantásticas para reducir el dolor y mejorar la calidad de vida en pacientes con enfermedades terminales o pacientes sometidos a algún tipo de tratamiento de tóxicos, como la quimioterapia. Los beneficios de esta terapia han sido tan dramáticos que incluso la profesión médica está empezando a encontrar que en algunos casos funciona mejor que la medicación. El interés es aún bajo entre la profesión médica, pero esperamos que al filmar y documentar, no sólo será capaces de aprender más nosotros mismos, sino ser capaz de demostrar a los médicos que realmente mejora los informes de análisis y el estado general de bienestar. Se trata de un proyecto de investigación en curso y que tenemos mucho más por descubrir.
There are so many types of therapeutic riding. Many people ask - why do we put severely disabled people on a horse, especially those suffering from cerebral palsy? They will never learn to walk or talk or even feed themselves, yet the benefits, both mental and physical, are enormous. Participants in therapeutic riding keep their organs and muscles functioning, as able-bodied people do just by walking. They get a whole new perspective on the world by being up above everything instead of always looking up. They get the chance to cover ground unavailable to them in their wheel chairs. All in all, it improves their quality of life and gives them great pleasure. Some disabilities do learn to retrain a part of the brain that they don’t use, to take over for a part that is damaged and are able to learn to walk again or to regain control of their arms. Included in this type of therapy are people with tendon disorders and long-term bed-rest or coma patients. Many of these students can learn to ride but prefer to work on their physical problem through a series of combined exercises; by finding the right muscles and movement on the horse to improve their balance, gait and coordination. Just sitting on the horse at a walk, even if they start with their knees together, at the top, find that their legs slowly start coming down, and little by little they are able to sit astride the horse. In some of these students we have been able to achieve an improvement of ten degrees, in the ability to open the legs from the hips, after each session. Those with Downs syndrome, autism and a few other mental disabilities, or even delinquents, learn to ride very well, while at the same time they improve their coordination, speech, hygiene, behaviour, posture, mental and physical state. Now we are finding and every day discovering new ways in which the horse can help people suffering from illness, terminal disease and toxic medication. All types of circulatory and respiratory problems, organ dysfunction, insomnia, depression, side effects from medication; the list goes on and every day is getting longer. This new type of therapy is called ANIMO-ALBERO. It is being researched, documented and practiced by me, Barbara Napier, and Loli Berenguel Gálvez. Together with the help of a few friends and a few doctors we are discovering fantastic ways to reduce pain and improve the quality of life in terminally ill patients or patients undergoing some type of toxic treatment, like chemotherapy. The benefits of this therapy have been so dramatic that even the medical profession is starting to find that in some cases it works better than medication. Interest is still low among the medical profession but we hope that by filming and documenting, we will not only be able to learn more ourselves but be able to prove to the medics that it truly does improve analysis reports and the general state of wellbeing. This is an ongoing research project and we have a lot more to discover.
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